Hace más de veinticinco salió del taller el manto que aquí os mostramos.
Bordado en oro sobre tisú de plata, estaba muy dañado debido a una mala conservación.
La Hermandad quiso recuperar el esplendor original del manto, por lo que se sometió a un proceso de limpieza y restauración, modificando también las medidas para que se ajustara mucho más a las medidas reales de la Santísima Virgen.
La Hermandad quedó muy contenta con todo el proceso, devolviéndole al manto su esplendor original.